domingo, 4 de septiembre de 2011

Él.

Tú fluyes en mí porque yo fluyo en ti, la simbiosis perfecta que estuve esperando desde que empezaron a hablarme de amor y poesía, de calor y armonía.

Qué bonito es comprender que estoy hecha a tu medida, que mis labios sólo piden a voces los tuyos, mis manos sólo quieren acariciar tu cuerpo y mi voz sólo quiere susurrarte lo bello que es mi mundo ahora que perteneces a él.

Que pasen los años, esta vez no le tengo miedo al tiempo.

La derecha de mi izquierda, la complicidad es nuestra.


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