lunes, 6 de junio de 2011

Siete.

Es increíble cómo ciertas cosas se quedan grabadas a fuego en tu mente y te marcan para siempre. Parece ser que tengo memoria a prueba de bombas, y menos mal.

Recuerdo perfectamente cuando desenvolví mi primer libro de Harry Potter. Hace poco abrí la primera página y vi escrito con bolígrafo rosa "Este libro me lo regaló Papá Noel cuando tenía 7 años". Y cada cumpleaños papá y mamá me regalaban el siguiente hasta que llegué al cuarto, que se quedaba sin compañero. Me acuerdo perfectamente de ver en la televisión las colas de gente por comprar el quinto libro el día del estreno y que yo lo tuviera inmediatamente. Y cómo me regalaron el sexto antes de reyes bajo permiso especial de mis padres. Y llegar al séptimo.. y leer con melancolía el final pensando que me estaba despidiendo de los personajes de mi infancia.

Han sido casi diez años.. casi diez años con la compañía de mi preciada saga, la mejor de todas, la que marcó mi niñez y mi adolescencia.

Gracias por enseñarme que no hay mejor compañero de viajes y tardes lluviosas que un libro, papá y mamá.


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