martes, 31 de mayo de 2011

Buena suerte.

Una hora de paseo sola da para muchas conversaciones conmigo misma, para muchos vaivenes neuronales. He pensado mucho en ti. En cómo has cambiado, en el día de mi cumpleaños, en ese sentimiento de asfixia porque tú ni me mirabas, en los días después, la duda omnipresente de qué te podía haber molestado de mí.. pero qué quieres que te diga, hoy ya me has destrozado la última esperanza a la que me aferraba con todas mis fuerzas por todos esos buenos momentos pasados, las risas y tal. Pero ya no. Ya no.

Supongo que nuestros gustos nunca fueron compatibles. Pero el año pasado era todo tan distinto.. entonces sí que era bonito. Será el bachillerato, el cambio de amigos, no sé. Será que ya no eres como yo te quería.

Al fin y al cabo tu concepto de amistad no es ni de lejos el mío. Así que bueno, quizás esto sea una consecuencia natural y nuestro futuro sea separadas. Y quizás algún día volvamos a vernos después de mucho tiempo y me saludes. O quizá no lo hagas. Siempre fuiste muy rencorosa. Pero bueno, no voy a arrepentirme de nada, eso está claro.

Esto es todo, supongo. Adiós.

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